Cómo mantener la higiene en el trabajo
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¿Te imaginas, por ejemplo, cuántos gérmenes pueden estar reposando
sobre el teclado y el ratón del ordenador, el mostrador de la recepción o
las manijas de las puertas de la empresa donde trabajamos? ¡Miles! Por
eso es tan importante
mantener la higiene en el trabajo, que es prácticamente nuestra segunda casa.
Esos espacios donde pasamos varias horas de nuestros días, al mismo
tiempo, son propensos a la circulación de gérmenes que, si no combatimos
con la
higiene adecuada, pueden infectarnos y
causarnos varias enfermedades. Veamos qué hacer para que la oficina sea
un lugar libre de virus y bacterias.
La higiene en el trabajo
Lávate las manos varias veces al día
El
lavado de manos es uno de los
hábitos de higiene
más importantes, pues ellas son una de las partes más expuestas a los
gérmenes que circundan en el ambiente. ¡Todo lo que tocas puede estar
contaminado! Es necesario que higienices bien tus manos con agua y
jabón, durante 10 a 30 segundos, al llegar a la oficina, antes y después
de comer y después de ir al baño. Este hábito desinfecta tus manos,
evita que contraigas infecciones y a la vez impide que se propaguen los
gérmenes desde tus manos hacia otras partes.
Alcohol en gel
Debes acostumbrarte a llevar un frasquito de alcohol en gel
desinfectante en tu bolso o maletín. Gracias a su contenido de alcohol
mata a todos los virus y bacterias de inmediato, aunque ten en cuenta
que usarlo con mucha frecuencia puede secar la piel de tus manos, así
que compleméntalo con el uso de una crema hidratante. Si bien el alcohol
en gel no debe reemplazar el lavado de manos es un
buen hábito de higiene que deberíamos aplicar.
Limpia y desinfecta los espacios de trabajo
Los virus y bacterias nos rodean constantemente, durante todo el día y
en todos los ambientes, en especial en las superficies duras, como el
piso y los escritorios de la oficina. Asegúrate que el personal de
limpieza limpie los ordenadores, los teclados, los mostradores,
teléfonos, tiradores de las puertas, etc. pues todos estos son elementos
propensos a la multiplicación de los gérmenes a través del contacto de
las manos. Si no, ¡hazlo tú mismo! Emplea una solución anti-bacteriana
para liquidar los gérmenes.
Evita el contacto
La idea no es que te vuelvas un obsesivo, pero recuerda que el contacto
de nuestras manos con superficies propensas a la presencia de gérmenes
-como las que te mencioné arriba- es causa directa de infecciones o
enfermedades si no mantenemos la higiene necesaria. Y, como siempre es
mejor prevenir que curar, intenta entrar en contacto con ellas lo menos
posible, pues la suciedad que queda en las manos se traslada fácilmente a
la boca, a los ojos y a las mejillas cuando nos tocamos el rostro.
Higiene más prevención son palabras claves.
Cuidado en la cocina
La cocina o el comedor de una oficina son lugares un tanto
“complicados”. No podemos confiar en que todos los empleados lavan los
platos y vasos correctamente después de comer... Por ello, lo ideal es
que te lleves tu propia taza de café o té -a la que deberías lavar al
menos 2 veces al día- y si no confías demasiado en la higiene de la
cocina, lava los utensilios antes y después de utilizarlos.
Ventilación
Al llegar, abre la ventana de la oficina para que el aire se ventile y
circule aire limpio y fresco en el ambiente. Si no hay ventanas,
asegúrate que funcione aire acondicionado. Es crucial asegurarnos que
estamos respirando en un aire limpio de gérmenes.