Cada año
se diagnostican en España unos 160.000 nuevos casos de cáncer y mueren
alrededor de 100.000 personas por este motivo. Se trata de la segunda causa de
muerte tras las muertes debidas a enfermedades cardiovasculares.
En la
aparición del cáncer influyen diferentes factores que a menudo coexisten. Entre
estos factores se encuentran la susceptibilidad individual de cada persona, los
diferentes estilos de vida (dieta, hábito tabáquico, etc.), la exposición a
determinados contaminantes ambientales o la capacidad de producir cáncer del
agente causante, por ejemplo de algunos virus, determinadas sustancias químicas
o las radiaciones ionizantes.
Algunas
veces esta exposición a cancerígenos se produce dentro del ámbito laboral,
donde normalmente las exposiciones son más altas, más frecuentes y más largas
que en la exposición ambiental.
Se
estima que entre el 4% y el 8% de los cánceres pueden atribuirse a exposiciones
laborales, sin embargo en España solo son reconocidos como tales alrededor del
0,2%. España es uno de los países europeos con las tasas más bajas de la Unión
Europea en diagnóstico de cáncer de origen laboral. La dificultad que entraña
la declaración de un cáncer como de origen laboral radica entre otras causas a la
falta de datos sobre niveles de exposición de los trabajadores en diferentes
ocupaciones o actividades, al largo tiempo que suele transcurrir entre la
exposición y la aparición del cáncer y la dificultad de asociarlo a un factor
de riesgo laboral determinado
La
Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), identifica los
factores medioambientales que pueden aumentar el riesgo de cáncer humano. Estos
son sustancias químicas, mezclas complejas, exposiciones ocupacionales, agentes
físicos, agentes biológicos y los factores de estilo de vida y los clasifica en
4 grupos según su carcinogenicidad en seres humanos. Desde 1971, más de 900
agentes han sido evaluados, de los cuales más de 400 han sido identificados
como cancerígenos, cancerígeno probable o posiblemente carcinogénicos en seres
humanos. Así pues, en algunas ocasiones la asociación entre determinados
carcinógenos y determinados cánceres está bien establecida, por lo que la
identificación de ocupaciones y procesos industriales que den lugar a esta
asociación, es imprescindible. Es decir, la información y la sensibilización
sobre la gravedad del problema son esenciales.
No
debemos olvidar que los cánceres de origen laboral en principio serían cánceres
prevenibles por lo que la prevención es fundamental para evitar su aparición.
Ejemplos de medidas de prevención a seguir para disminuir el riesgo de
aparición de un cáncer serían disminuir el número de trabajadores expuestos, el
control de la exposición mediante disminución o eliminación de la exposición
gracias a su sustitución por materiales o tecnologías que disminuyan el riesgo
y la correcta utilización de equipos de protección eficaces.
Posteriormente
la identificación de tareas y actividades susceptibles así como la
identificación de señales de enfermedades mediante la entrevista clínica que
pongan en alerta para sospechar de la existencia de una posible enfermedad
profesional es fundamental.
Por todo
ello es básica la actuación conjunta de los técnicos de prevención y de los
sanitarios responsables de la vigilancia de salud ocupacional así como la
sensibilización de empresarios y trabajadores.
Fuente
de Datos: spasepeyo.info